«La rabia no conoce fronteras, pediré una norma nacional de obligado cumplimiento»
Entrevista a Luis García Alía, presidente del Colegio de Veterinarios de Toledo.
España se encuentra en alerta tras haberse detectado un caso de rabia canina en Toledo, el primero registrado en el país desde 1978. Aunque el riesgo de infección es muy bajo, según el Ministerio de Sanidad, el contagio ha alarmado a la población y a los propietarios de mascotas, que esta semana han colapsado las clínicas veterinarias tras decretar el Gobierno regional la vacunación obligatoria en 56 pueblos de la provincia de Toledo. El presidente del Colegio de Veterinarios de Toledo y del Consejo de Colegios Veterinarios de Castilla-La Mancha, con 2.000 profesionales asociados, explica a ABC los pormenores del caso.
—¿Cómo se ha llegado a esta situación cuando el virus estaba erradicado hace 35 años?
—Era un perro nacional, importado de Barcelona, con gente que pasa cuatro meses en Marruecos y que viene a la zona de Argés, donde tiene unas amistades concretas. Este perro empieza a ser agresivo el 31 de mayo y muerde el día 1 de junio. Una vez diagnosticado por el Instituto de Salud Carlos III se le abate ese mismo día por la noche. Al dar positivo del virus de la rabia se pone en marcha el plan de alerta.
—¿Qué medidas se activan en el plan de alerta?
—Significa elevar el plan de protección de todos los animales sensibles, hacer un estudio epidemiológico de con quién ha estado el perro, tanto con personas como con animales. A las personas en riesgo se les somete a un tratamiento con vacunación y los animales se les tiene en observación con las analíticas correspondientes.
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