La aplicación de progesterona post-inseminación aumenta la fertilidad en vacas de alta producción inseminadas a tiempo fijo

La suplementación con progesterona post-inseminación en vacas en lactación trata de imitar las concentraciones típicas observadas en novillas de leche, para exponer al embrión y al endometrio a concentraciones compatibles con aquellas observadas durante la fase luteal y así incrementar la tasa de concepción debido a la estimulación del desarrollo embrionario.

Este enfoque de actuar después de la inseminación es ya antiguo y la estrategia concreta de empezar de una manera temprana, como a día 4 post-IA, se basó en los resultados de Mann y Lamming (1999), que observaron mejoras en la tasa de concepción cuando la suplementación se iniciaba durante el metaestro tardío o diestro muy temprano, pero no tras 6 días post-IA.

Los intentos de suplementación con progesterona post-inseminación han tenido resultados variables en las investigaciones científicas, y han mostrado un efecto poco llamativo en grupos globales de vacas. Sin embargo se ha encontrado un importante efecto sobre grupos o subpoblaciones de vacas que pueden beneficiarse más claramente de esta suplementación, tales como las vacas con escasa condición corporal o que han tenido problemas posparto inseminadas en época calurosa (Friedman et al., 2012) o las vacas repetidoras de primer y segundo parto (Villaroel et al., 2004).

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