Nociones básicas pero imprescindibles para afrontar un caso de trauma medular: fisiopatología y evaluación
En esta revisión intentaremos aclarar las distintas controversias sobre el manejo de pacientes con trauma medular. Aspectos imprescindibles son conocer los eventos fisiopatológicos que ocurren, el control del dolor que puede influir en el patrón respiratorio y presión sanguínea, y el cuidado máximo en la manipulación para disminuir el daño adicional y obtener imágenes diagnósticas.
Todo evento traumático puede suponer un daño a estructuras corporales tanto externas como internas. Sus causas pueden ser múltiples y su gravedad muy variable, abarcando desde solo daño tegumentario sin afectación neurológica a fracturas o luxaciones vertebrales con pérdida de nocicepción. Las patologías asociadas al trauma medular abarcan la laceración, compresión con isquemia, contusión y conmoción. En la mayoría de los casos el trauma se caracteriza por una combinación de estas patologías.
Fisiopatología
Es imprescindible conocer los eventos fisiopatológicos que ocurren tras un trauma espinal para poder aplicar las técnicas más adecuadas al tratamiento. Las causas del trauma espinal pueden ser múltiples aunque, sin duda, la más frecuente es la hernia discal, en un 34 % de los perros según algunos estudios, seguido de atropellos o caídas [1]. Entre las causas más comunes en gatos se sitúan los atropellos y caídas, seguidos de embolismos y hernias discales, que son mucho menos frecuentes que en perros.
Independientemente de la causa, los mecanismos que se desencadenan a partir del daño inicial van a ser los mismos y se pueden dividir en daño primario y secundario. El daño primario se produce como consecuencia directa del trauma con la posibilidad de laceración de tejido medular, hemorragia por rotura directa de vasos sanguíneos o, en casos menos graves, conmoción medular.
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