El problema de los controles de calidad: no sabemos lo que estamos comiendo
Los análisis de ADN llevados a cabo a raíz del escándalo de la carne de caballo en toda Europa han propiciado la sucesión de nuevos y sorprendentes fraudes. El último ha ocurrido en Islandia y tiene que ver con unas empanadas de carne de vacuno que no llevaban ningún tipo de carne, según informaron las autoridades sanitarias islandesas. El inspector Kjartan Hreinsson explicó escuetamente a los medios que la distribuidora de estos productos era una pequeña empresa local de la isla (Gaedakokkar) que elabora sus empanadas de carne, con “algún tipo de materia vegetal”, pero sin rastro alguno de proteína animal como se asegura en la etiqueta. El caso está siendo analizado y a la espera de emprender acciones legales contra la empresa responsable.
La pequeña empresa en la que trabajan una decena de personas también elabora pasteles de carne, supuestamente con un 30% de vacuno, pero que según los resultados de los análisis realizados por la Food and Veterinary Authority no tenían traza alguna de proteína animal. El propietario de esta firma de alimentación, Magnus Nielsson, intentó justificar los resultados basándose en el hecho de que “seguimos un método de elaboración artesanal y rellenamos los alimentos a mano. Por eso, es posible que en el caso del pastel analizado, el operario no hiciese una mezcla homogénea de la pasta con carne”. La empresa Gaedakokkar se dedica a la elaboración y distribución de alimentos ecológicos desde 1999 y cuenta con cerca de 60 productos “sin aditivos”.
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