Hasta el 30 por ciento de mortalidad en corderos por la fiebre transmitida por garrapatas
La fiebre transmitida por garrapatas, cuyo agente etiológico es A. phagocytophilum es una seria amenaza para la ganadería ovina. La puesta en marcha de medidas preventivas y el estudio de la genética de las ovejas pueden ser las claves para controlar esta enfermedad.
La web ScienceDaily.com ha publicado una noticia en la que expone la preocupante situación a la que puede verse enfrentada la ganadería ovina y cómo poner en marcha medidas para evitarla. La enfermedad que puede comprometer la continuidad del sector ovino en muchos lugares del mundo es la fiebre transmitida por garrapatas (TBF, tick-borne fever es su denominación en inglés), cuyo agente etiológico es A. phagocytophilum, que cursa con episodios de fiebre alta y debilitación del sistema inmunitario del animal infectado.
La enfermedad puede determinar hasta un 30 por ciento de mortalidad en corderos, aunque no es fatal por sí misma. No obstante, la inmunodepresión que produce hace que los animales puedan infectarse con numerosos patógenos secundarios que son los que acaban el trabajo empezado por A. phagocytophilum; Pasteurella es uno de ellos. Aparte de las bajas, hay que enfrentarse a secuelas consecuencia de estas infecciones secundarias, como artritis.
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