La vasopresina puede ser un importante mediador en la agresividad canina
El comportamiento agresivo en perros plantea problemas de salud pública y bienestar animal, sin embargo, los mecanismos biológicos que regulan la agresión en el perro no se conocen bien. Estudios previos en otras especies de mamíferos sugieren que la oxitocina (OT) puede desempeñar un papel más importante en el comportamiento de filiación social, ansiolisis e inhibición de la agresión, mientras que la vasopresina (AVP), aunque también es fundamental para la formación de vínculos sociales y la conducta parental, puede desempeñar un papel más importante en la ansiogénesis y la agresión.
Un grupo de investigadores estudió las relaciones entre OT y AVP plasmáticas endógenas y la agresión en perros domésticos. Primero se validaron los ensayos ELISA para la medición de OT y AVP libres (sin uniones) y totales (libres + unidas) en el plasma de perros.
En el Experimento 1 se evaluaron las diferencias conductuales y neuroendocrinas entre una población de perros con un historial de agresión crónica hacia coespecíficos y un grupo de control emparejado. Los perros con un historial de agresión exhibieron un comportamiento más agresivo durante los encuentros simulados con coespecíficos, y tenían una AVP plasmática libre más baja, pero total más alta que los controles emparejados, pero no hubo diferencias grupales para OT.
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