Las aves introducidas en un viñedo se comen una tonelada de invertebrados al año

Hasta una tonelada de invertebrados, insectos y orugas fundamentalmente, se han comido en un año las aves introducidas en un viñedo de Valladolid, dentro de un proyecto más amplio de nidales que también se ha desarrollado en Ciudad Real y Badajoz, como forma de control natural de plagas y reducción de costes. El proyecto de la Fundación Internacional para la Restauración de Ecosistemas (FIRE), demuestra, según ha explicado esta entidad en un comunicado de prensa, «el gran potencial de las aves insectívoras como plaguicidas biológicos y baratos». Se trata de la iniciativa «Campos de Vida» de FIRE, que cuenta con la colaboración del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente y de explotaciones agrícolas como la bodega Abadía de Retuerta, en Sardón de Duero, en Valladolid, o HaciendasBio, en Guareña (Badajoz).

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