¿Por qué se pelean los toros?
Es la hora de la venganza. Dos toros bravos tienen entre sí una cuenta pendiente. Quién sabe si por la conquista de la hembra, porque uno se cree el amo y un recién llegado al cercado le puede hacer sombra, por una mirada que lanza misiles, ante algo que les molesta, por el tiempo… El porqué real casi nunca se sabe, pero el berrido del toro a punto de la lucha hace estremecer ya sea de noche o o de día. Hay uno que lucha siempre por el liderazgo.
«¿Por qué ese toro que estaba tan tranquilo ha comprendido que el desafío era para él?», preguntó en una ocasión Antonio Díaz-Cañabate al mayoral de «Los Alburejos». La respuesta fue de esta guisa: «¡Vaya pregunta que me hace! Si yo lo supiera sería un toro y no un hombre. Los hombres no podremos nunca conocer más que muy poquitas cosas de los toros, pero no le quepa duda de que esos dos que se van a acometer tienen una cuestión pendiente que van a resolver a cornadas».
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