Problemática y estrategias para el control de moscas en granja
Las moscas son insectos que incluyen una gran variedad de especies y ciclos biológicos. Están presentes tanto en las instalaciones de producción animal intensiva como en lugares alejados de estas, por ejemplo allí donde el ganado pasta, lo que conlleva estrategias de control diferentes. Algunas resultan ciertamente molestas para el ganado y pueden producir estrés e inmunodepresión. También pueden ser transmisoras de enfermedades, tanto víricas (poliomielitis, tracoma, etc.) como bacterianas (shigelliosis, salmonelosis, etc.) o parasitarias (helmintos, protozoos, etc.), ya sea por picadura (algunas), por simple contacto con el ganado al portar el microorganismo en su cuerpo (patas, trompa, alas) o través de sus deyecciones y regurgitaciones. Además, en algunos casos son las propias moscas, en su fase de larva, las que producen la enfermedad. Así ocurre con las denominadas miasis, algunas facultativas otras obligadas, con larvas externas o internas al animal.
La importancia del control de las moscas
Las heces del ganado y de las aves de corral, mezcladas con la yacija de paja u otro material usado en las instalaciones de producción intensiva resultan un medio de cría excelente para muchas especies de moscas, en especial las moscas domésticas. Y lo mismo puede decirse de los montones de estiércol acumulado durante días en el exterior de las granjas, antes de ser esparcido como abono en los campos de cultivo agrícola.
Puesto que las moscas son muy prolíficas, de no existir en las granjas ningún tipo de control de sus poblaciones, estas alcanzarían niveles intolerables, tanto para los animales como para los trabajadores de la granja, así como para comunidades humanas cercanas a estas. Las moscas, en particular los múscidos, molestan al ganado especialmente durante el verano: vuelan continuamente alrededor de los animales y se posan sobre ellos para lamer o picar. La irritación y estrés resultante es incesante y aquellos dedican buena parte de su energía a defenderse de ello, lo cual afecta a su producción. Además, en el caso de múscidos picadores, como Stomoxys calcitrans (ambos sexos pican), sus secreciones salivales causan reacciones tóxicas con un efecto inmunodepresor, haciendo que el huésped sea más susceptible a las enfermedades (Kaufmann, 1996).
Además de lo anterior, a menudo las moscas portan patógenos en sus patas y cuerpos, y a veces actúan también como huéspedes intermedios para otros parásitos. Todo ello hace que puedan ser transmisoras de enfermedades de tipo vírico, bacteriano o parasitario.
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