Proteínas de fase aguda en el ganado porcino: de la teoría a la práctica
Las proteínas de fase aguda sirven para monitorizar y controlar el estado sanitario de las explotaciones, evaluar la eficacia de tratamientos antibióticos y vacunaciones y, además, como instrumento de inspección ante o post mortem en el matadero. La posibilidad de medirlas en saliva tiene las ventajas de que la muestra es más fácil de obtener y se estresa menos al animal.
José Joaquín Cerón [1], Fernando Tecles [1], Damián Escribano [1], Pablo Fuentes-Pardo [2] y Silvia Martínez-Subiela [1]
1. Laboratorio Interdisciplinar de Análisis Clínicos. Campus de Excelencia Mare-Nostrum. Universidad de Murcia.
2. CEFU, SA, Alhama de Murcia, Murcia. Email:
jj*****@um.es
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Artículo publicado en la revista Suis n.º 127, mayo 2016. Entra en nuestra tienda online y escoge la modalidad de suscripción a Suis que más te guste.
Las proteínas de fase aguda (PFA) son los marcadores analíticos más sensibles para detectar inflamación. En esta revisión se expondrán los principales fundamentos teóricos de las PFA en un apartado dedicado a los conceptos generales y posteriormente se analizarán las principales aplicaciones prácticas que pueden tener en el ganado porcino.
Conceptos generales
La respuesta de fase aguda es una reacción compleja no específica del organismo que ocurre rápidamente tras cualquier daño tisular. El origen de esta respuesta puede atribuirse a causas infecciosas, inmunológicas, neoplásicas o traumáticas; y su principal misión consiste en restaurar la homeostasis y hacer desaparecer la causa de la alteración. Se considera como una parte del sistema defensivo innato del hospedador, que actúa de forma rápida, y en términos evolutivos precede a la respuesta inmunitaria adquirida (Eckersall, 2000).
Una de las principales características de la respuesta de fase aguda es la aparición de cambios en la concentración de proteínas plasmáticas denominadas PFA (Eckersall, 1995). Las PFA cuya concentración aumenta tras el estímulo inflamatorio se denominan PFA positivas y se suelen clasificar, en función de la magnitud de su respuesta ante un estímulo, en mayores (aumentan entre 10-100 veces) y moderadas (aumentan entre 2-10 veces). En el cerdo se pueden considerar PFA mayores la amiloide A sérica (SAA) y la proteína C reactiva (CRP), mientras que dentro de las moderadas se encontrarían la haptoglobina (Hp), la Pig-Map, la glicoproteína ácida-soluble (AGS), la ceruloplasmina y el fibrinógeno. Aunque puede haber divergencias entre autores y variaciones según modelos experimentales como se puede apreciar en la tabla 1.
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